2.- Características de los niños con Síndrome de
Asperger.
El síndrome de Asperger es un trastorno del espectro
autista (TEA) que se caracteriza
según los criterios diagnósticos del SA de acuerdo
con el DSM-IV-R:
A. Alteración cualitativa de la interacción social,
manifestada por 2 de las
características siguientes:
a. Importante alteración del uso de múltiples
comportamientos no verbales,
como el contacto ocular, la expresión facial, las
posiciones corporales y
los gestos que regulan la interacción social.
b. Incapacidad para establecer relaciones con
compañeros adecuadas al
nivel de desarrollo de la persona.
c. Ausencia de la tendencia espontánea a compartir
emociones,
satisfacciones, intereses y logros con otras personas.
d. Falta de reciprocidad social y emocional.
B. Patrones de comportamiento, intereses y actividades
restringidos, repetitivos y estereotipados, manifestado, por lo menos, en una de
las siguientes
características:
a. Preocupación absorbente por uno o más patrones
estereotipados y
restringidos de intereses, que resulta anormal, bien
por su intensidad o
bien por su objetivo.
b. Adhesión en apariencia inflexible a rutinas y
rituales concretos no
funcionales.
c. Gestos motores estereotipados y repetitivos.
d. Preocupación persistente por partes de objetos.
C. El trastorno causa un deterioro claramente
significativo de la actividad social y laboral, así como de otros ámbitos importantes de la
actividad del paciente.
D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente
significativo.
E. No hay retraso clínicamente significativo del
desarrollo cognitivo ni del
desarrollo de habilidades de autosuficiencia propias de
su edad, comportamiento
adaptativo (diferente de la interacción social) y
curiosidad por el entorno durante la infancia.
F. No cumple los criterios de otro trastorno
generalizado del desarrollo ni
relacionado con la esquizofrenia.
El Síndrome de Asperger se diagnostica cuando hay una
alteración conductual, ya que todavía no existe una prueba clínica que lo detecte,
como sucede con el resto de los trastornos del espectro autista.
Este trastorno tiene una prevalencia, con datos de
2009, en España de 1 de cada 1000 niños. Sin embargo, en el resto de Europa y Australia
es de 1 de cada 280 niños. La diferencia se debe a que en España la psiquiatría
infantil y juvenil no está reconocida como especialidad y el Síndrome, por tanto, pasa
desapercibido.
El Síndrome de Asperger se diagnostica más en niños
que en niñas. Aunque parece explicarse por una cuestión neurobiológica, se da más
en niños que en niñas, hay teorías que sostienen que a las niñas se les supone con más
recursos sociales, más predisposición natural a la comunicación incluso a
aquellas que presentan el Síndrome,por tanto, pasa más desapercibido el trastorno en
ellas. Además, en los niños, uno de los primeros síntomas es el mal comportamiento, lo que no
ocurre en las niñas, que suelen ser más calladas, se comportan como unas simples
espectadoras sociales; a veces se dice de ellas que son unas pequeñas filósofas. Desde edad
temprana, aplican sus aptitudes cognitivas a analizar las interacciones sociales.
Los comportamientos cotidianos de estos niños pasan
por conductas obsesivas,
estereotipias, mal comportamiento, ansiedad, si no se
educa adecuadamente.
Los niños con SA necesitan, en su entorno, personas
que conozcan su trastorno que les ayude en sus puntos débiles, sobre todo a nivel
social, y que fomenten sus puntos fuertes.
El mal comportamiento de estos niños tiene su origen
es causas distintas al mal
comportamiento de los niños neurotípicos (normales).
En el caso de los niños con Síndrome de Asperger, el mal comportamiento es el
resultado de la incapacidad que poseen estos niños para expresar su malestar, sus
sentimientos y lo que les pasa. Esto no ocurre sólo en los niños que no pueden hablar, sino
hasta en aquellos capaces de recitar textos de memoria, hablar de sus tema preferidos sin
parar. Es su falta de comprensión de los sentimientos propios y de los demás lo que les
puede llegar a tener mal comportamiento, traducido, en la mayor parte de los
casos, en rabietas.
Tienen una inteligencia normal o superior, algunos
están capacitados especialmente para los idiomas (a pesar de sus problemas de
comunicación), otros para el dibujo, matemáticas o informática.
Presentan una alteración en las funciones ejecutivas,
es decir, no saben planificarse, organizarse frente a una tarea a realizar, por esto,
necesitan alguien que les ayude en las tareas escolares, que les diga paso a paso qué es lo
que tienen que hacer.
Tienen una excelente memoria que les hace recordar
eventos que el resto al resto se nos olvida con facilidad.
Tienen una gran capacidad visual, de ellos se dice que
piensan en imágenes. En algunos casos, su comprensión de conceptos sólo llega por
esta vía.
Su torpeza motora les hace caminar de una manera
peculiar.
Su manera de percibir el mundo es diferente a la de los
neurotípicos (normales), se fijan en las partes y no en el todo, es decir, analizan los
detalles.
Sus aprendizajes son, también, diferentes, necesitan
aprender paso a paso, como si fuera un programa informático, y no sólo sus tareas
escolares, las órdenes las captan mejor si se realizan de esta manera.
Detestan los imprevistos y sorpresas. Los cambios, en
general, no las aceptan.
Tienen centros de interés muy absorbentes, desde el
punto de vista del entorno puede parecer una obsesión exagerada. Algunos estudian, con
especial ahínco, algunos temas y se convierten en verdaderos expertos, su tiempo es sólo
para su interés y son capaces de hablar solamente se ese tema.
En la vida cotidiana, según Tony Atwood, sus problemas
se traducen en:
- Dificultades para leer los mensajes que transmite la
mirada de los demás.
- Tendencia a interpretar literalmente lo que dicen los
otros.
- Tendencia a que se le considere impetuoso, grosero o
descortés.
- Resulta notablemente sincero.
- Da la impresión de ser obsesivo y paranoico.
- Incapacidad para darse cuenta de que otra persona
comprende su problema y
desea ayudarlo.
-Retraso en el desarrollo del arte de la persuasión,
el acuerdo y la resolución de
conflictos.
- Forma diferente de introspección y conciencia de sí
mismo.
- Dificultades para saber cuándo un acontecimiento o
una acción que protagoniza, o las palabras que expresa, provoca una cierta
situación embarazosa.
- Ansiedad.
- Necesita más tiempo para procesar la información
social porque utiliza la
inteligencia más que la intuición.
-
Agotamiento físico y emocional.
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