jueves, 17 de marzo de 2011

¿Qué es la normalidad?

Hay personas que califican a mis hijos como discapacitados.

Discapacitado es aquel que no tiene capacidad.

Y me pregunto, capacidad ¿para qué?

Los que nos denominamos normales, también, tenemos deficiencias.
Algunos son malos en Matemáticas.
Otros, lo somos para orientarnos cuando conducimos.
¿Qué significado tiene, entonces, la palabra discapacidad?
Discapacidad significa no tener capacidad. ¿Por qué empleamos este término? ¿necesitamos poner estas etiquetas?
Deberíamos aprender a no calificar a las personas según su C.I., su aspecto o su color de piel.

Todos estamos capacitados para desarrollar un papel en la sociedad.

Afortunadamente, y gracias a las asociaciones, estamos progresando en este aspecto. Ya no resulta tan extraño ver a personas, con alguna dificultad, desempeñar una labor profesional.
Aún así, nos cuesta admitir a los diferentes, a los que piensan de modo distinto, a los que visten de manera extraña, en definitiva, a los que no son como nosotros.
¿Será que nos da miedo lo desconocido?


Hay quienes piensan que las personas diferentes son errores de la naturaleza.
Errores que hay que evitar.
“No queremos complicarnos la vida”, dicen algunos.
Pero, ¿dónde está el error?
Si observamos la actitud noble, sin dobleces, de un niño autista, ¿dónde está la equivocación?
Si desde los primeros meses de gestación se pudieran conocer todos los problemas neurológicos que pueden presentar los niños, ¿nacerían todos perfectos?

¿Dónde está el límite de la normalidad?




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