Creo, con todo convencimiento, que los padres somos los verdaderos expertos en los niños que tienen un trastorno autista.
Es importante leer libros, atender a los consejos de los profesionales...
Y sobre todo, observar a nuestros hijos.
Nuestros hijos nos dan las pautas a seguir...
Nos dicen qué vale y qué no vale.
Hasta, si nos fijamos bien, podemos conocer qué pasa en sus cabezas.
Es algo complicado.
Es necesario estar muy atentos.
Y nos sorprenden continuamente.
De todos es conocido que los niños con TGD tienen un perfil de inteligencia lleno de picos; son listos para unas cosas y no para otras.
Pues bien. Hace tres días, mi hijo Pepe me preguntó: "·¿,mamá, yo soy tonto? es que creo que tengo un cerebro listo y otro tonto".
Me quedé estupefacta.
Pero, me alegré.
Ellos a su manera nos dicen cómo perciben el mundo y cómo creen ellos que suceden las cosas.
Basta con observar un poco...
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