jueves, 17 de marzo de 2011

La realidad de mis hijos

Las personas con autismo no “sienten” la realidad como nosotros; ellos perciben de un modo diferente.
Los “normales”, neurotípicos, si vemos un paisaje  podemos comentar: “me gusta”, “me relaja”, ¡qué cielo más bonito!...
¿Qué diría una persona con autismo?
Se fijaría en los detalles; hasta el punto de poder enumerar cuántos objetos hay en dicho paisaje, saber cuáles son los colores observados…
Los neurotípicos observamos el paisaje de manera global; lo que nos hace sentir…
Las personas con autismo se fijan excesivamente en los detalles; no pueden ver la globalidad.
Para ellos, un todo es la suma de todas sus partes, y si cambia alguna de ellas, pueden llegar a no reconocer ese todo. Esto se puede observar en los casos en los que no reconocen a una persona, simplemente, porque se ha cambiado el peinado, el color de pelo, o su forma habitual de vestir.

¿Cómo les afecta esta manera de percibir el mundo?

Les produce ansiedad los cambios en el entorno. Cualquier tipo de cambio.
En un lugar conocido, o con personas conocidas, no tienen que estudiar toda la información que les viene.
Lo desconocido les resulta desconcertante; demasiada información para digerir.
De este modo, también, puede ser desconcertante para ellos, los diferentes cambios de humor que puede tener una persona.
Cuando una persona con autismo conoce a otra persona, neurotípica o no; debe estudiar su aspecto, su tono de voz, su modo de hablar, sus gestos, sus palabras…¡demasiada información para entenderlo todo a la vez!.
Si se trata de volver a ver a una persona conocida, ¡ya es más fácil!. Ya sabe cómo es su aspecto, su tono de voz, ya prevé cómo va a comportarse. No hay mucha información extra; sólo hay que fijarse en lo que está diciendo.
La situación cambia si esta persona se enfada o hay alguna modificación en su aspecto; ya no se trata de la misma persona conocida.

Las personas con autismo necesitan estabilidad emocional de las personas que los rodean.

Si a esto le añadimos, la manera tan peculiar de comprender el lenguaje de las personas con autismo; los mensajes de uno en uno, como si se tratara de un programa informático en el cual las órdenes pasan de una en una, las dificultades en una simple conversación pueden ser enormes.

No debemos olvidar su manera literal de entender el lenguaje; las cosas son como son, incluidas las palabras.


Las personas con autismo perciben el mundo observando los objetos de uno en uno, entendiendo las palabras una por una.
Su gran dificultad es entender de manera global.

Podría contar muchas anécdotas relacionadas con este tema. Cuántas veces mi segundo hijo no ha querido entrar a la sesión de logopedia “porque la logopeda es otra persona; tiene otro color de pelo”.







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